En 1840, el farmacéutico John Walker inventó las cerillas de forma fortuita, comercializando y convirtiendo este nuevo producto en todo un éxito. Las cajas, que servían de envase para los fósforos, se convertirán en un escaparate a disposición de la industria cerillera. En este mismo siglo, las imágenes alcanzan una importancia sin precedentes e impregnan todos los ámbitos de la vida cotidiana: carteles, anuncios publicitarios, periódicos, impresos, cajas, postales, envoltorios, etc. En sus diferentes soportes, las imágenes difundirán de forma simplificada cualquier idea a gran velocidad.
Serán recurrentes las cajas de cerillas con caricaturas y chascarrillos de políticos, costumbres, lugares del mundo o personalidades del momento. Las escenas que contenían las cajas de fósforos llegaron a considerarse obras de arte menor, convirtiéndose en un codiciado objeto de deseo. El coleccionismo de estas cajas será una práctica común a finales del siglo XIX y principios del XX, tanto que recibirá el nombre de filumenismo.
El AHME cuenta con una vasta colección de cajitas de cerillas, recogidas por Pedro Ibarra e inventariadas en 1984 por el Grupo Ilicitano de Estudios Arqueológicos de Elche. Las etiquetas de las cajas de cerillas (2716 en total) fueron agrupadas por temas y ubicadas en 6 álbumes, entre los que encontramos “Fantasía y femenino”, “Marcas y fábricas”, “Chistes y adivinanzas”, “Personajes” y “Las Guerras Carlistas”. De entre éste último álbum queremos rescatar la sátira visual llamada “Una familia modelo”[1], que presentamos como documento del mes de octubre.
La peculiar etiqueta de esta caja de cerillas se enmarca en el conflicto político acaecido tras la abdicación de Isabel II: la tercera guerra carlista. La llegada de un monarca extranjero, Amadeo de Saboya, al trono español, se convertirá en el detonante para la insurrección armada de una parte de los carlistas. La falta de un gobierno estable y la huida del nuevo monarca enmarcarán estos tensos momentos de la historia reciente de España. La contienda acabará con la definitiva derrota del carlismo y la restauración de los borbones en la persona de Alfonso XII.
Una imagen muy similar a la de esta caja de cerillas ya había aparecido en el número del 20 de febrero de 1870 de la revista La Flaca. En la sátira podemos ver a algunos de los protagonistas de dicho conflicto. En el centro de la ilustración se encuentra Isabel II estirando del bigote al Duque de Montpensier, representante de la Casa de Orleans que aspiró al trono español; a la izquierda de la monarca depuesta, Carlos VII, pretendiente carlista; y a dos niños, el futuro Alfonso XII y a Jaime de Borbón y Parma, hijo de Carlos VII. Para enfatizar más los conflictos familiares por el trono español a esta escena se le dio el sarcástico título de “Una familia modelo”.
[1] AHME, sign. b441 (127)