FEBRERO: UN PROYECTO NO REALIZADO. LA ESTACIÓN DE AUTOBUSES EN LA LADERA DEL VINALOPÓ

FEBRERO: UN PROYECTO NO REALIZADO. LA ESTACIÓN DE AUTOBUSES EN LA LADERA DEL VINALOPÓ

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En 1955 se aprobó la reforma del paseo de Francos Rodríguez –hoy Eres de Santa Llúcia– para ubicar en ella la parada de autobuses. Sin embargo, esta ubicación no debía de ser la más adecuada ya que a los pocos años, en 1963, el arquitecto municipal Antonio Serrano diseñó una nueva estación de autobuses en la ladera del rio Vinalopó, entre el puente de Canalejas y el de Altamira –que se encontraba construyendo en ese momento– y un nivel por debajo de la actual avenida de la Comunitat Valenciana, y que presentamos como documento del mes[1].

El arquitecto proponía esta ubicación al considerar que era el único solar con la suficiente amplitud para poder albergar este edificio, situado en una zona céntrica y bien comunicada, con fáciles y amplios accesos, y contigua a calles amplias para que la espera de vehículos no perturbase la circulación, con zona de aparcamiento, y bien enlazado con las líneas de autobuses urbanos. Además, al tratarse de terrenos municipales, el Ayuntamiento se evitaría el alto coste que supondría la compra o expropiación de terrenos si se decidiera ubicar la estación en otro lugar.

Adaptándose a la forma del terreno, la estación proyectada tenía un solo andén, similar a las estaciones de tren, de modo que al bajar y subir no había que cruzar la calzada. Los viajeros podrían acceder al mismo desde lo alto de los puentes o desde el paseo del General Sanjurjo, a  través de las escaleras o las rampas. Lo primero que se encontrarían sería un gran vestíbulo con las taquillas y los despachos de las diferentes líneas. Sobre la zona de taquillas, se situaría un entrepiso con cabinas telefónicas, un bar, un restaurante, departamento de policía, peluquería de señoras y caballeros, aseos y tiendas. Entre el andén y el río, pero a un nivel más bajo, se proyectaba otra carretera con jardín. De este modo, se lograba “el embellecimiento de la zona más céntrica de la población y la creación de un espléndido paseo con agradables perspectivas”.

Este proyecto nunca fue realizado, al ser rechazado por la Comisión de Obras que consideraba que la  ubicación elegida no era la más adecuada, ya que aunque el terreno era municipal, el coste que suponía el movimiento de tierras era muy elevado. Además, la cantidad presupuestada para las obras de cimentación podía ser insuficiente debido a las características del terreno, como había ocurrido con las obras en el puente de Altamira. En conclusión, con el dinero que se ahorraba por los trabajos de movimientos de tierra y cimentación, se podía adquirir un terreno más adecuado para ubicar la estación de autobuses.

Tras este informe negativo, el paseo de Francos Rodríguez se mantuvo como parada de autobuses hasta el año 1981 cuando se inauguró la nueva terminal en la avenida de la Estación. Y este proyecto que presentamos, quedó en eso, en proyecto, junto con otros edificios que no se llegaron a realizar, pero de los que tenemos memoria al quedar guardados en el archivo municipal.

[1] AHME, sign. E-2020/3.