Fondos y colecciones del archivo
Evidentemente, la mayor parte de la documentación conservada en el archivo es la que ha producido la institución municipal a la que va ligada y, asimismo, es tan amplia y tan variada como las funciones que esta ha tenido a lo largo del tiempo.
Los documentos más antiguos se remontan al siglo XIII y hay series de documentación que se han prolongado hasta nuestros días. Entre las principales destacan: Los libros de Actas (comienzan en 1371), documentación sobre finanzas (desde 1490), Administración de Justicia, Hospital y Sanidad, Territorio y Población, Industrias y Comercio, Elecciones…
Es difícil poder acercarnos al valor particular de los documentos, pero podemos decir que hay dos dentro del archivo que marcan una cierta importancia con respecto al resto. Uno de ellos es el Llibre de privilegis o Codex d’Elx, libro en pergamino que recoge los privilegios dados por los reyes de Castilla y Aragón y que sirvieron para dotar al municipio de una primera organización político-administrativa. El otro documento es la Consueta de 1709 para la representación del Misteri.
Después de la expulsión de los moriscos en 1609, el antiguo Raval de Sant Joan pasó a ser universidad, entidad local de régimen menor, con administración separada e independiente de la villa, excepto en la justicia civil y criminal. En lugar de bienes de propios, sus ingresos procedían fundamentalmente de las regalías que les cedía el señor de Elche, el Duque de Arcos, que después de la expulsión repartió las tierras y las casas entre nuevos pobladores cristianos. En 1835 este ayuntamiento fue suprimido y su archivo, así como su gestión administrativa, se integra en el de la villa. La documentación que conservamos está comprendida entre estas dos fechas, aunque hay pocos documentos de la primera época. Las series fundamentales son: Libros y cuadernos de actas, documentación relativa a finanzas y contabilidad (regalías, impuestos y contribuciones), amillaramientos, administración de pobres o quintas. Son de destacar los Llibres del Mostassaf.
En la misma sesión del pleno en que la que oficialmente se da denominación al Archivo Histórico Municipal, se crea adscrita a él la Sección Histórica de Protocolos Notariales. Este fondo se conservaba en dependencias municipales desde que el 7 de julio de 1925 se trasladaron allí los protocolos del notario Joaquín Botella Pascual, uniéndose a otros protocolos sueltos que ya existían en el Ayuntamiento. En cualquier caso, la titularidad de los Protocolos es exclusiva de los notarios, pero se ceden para la investigación aquellos que sean centenarios.
Se conservan Libros de Protocolos desde 1463, recogiendo una variada tipología documental en estas escrituras. Físicamente también responden a una unidad dentro del archivo y llevan la signatura SHPN.
Buena parte de esta documentación se ha comprado, en diferentes momentos, a los herederos de los administradores de la Casa de Altamira, últimos señores de Elche, aunque los primeros libros proceden del ducado de Arcos. Hay otros documentos sueltos de esta misma administración que entraron en el archivo al ser recogidos por Pedro Ibarra. Son de destacar los Llibres de Capbreus, de los siglos XVII y XVIII, imprescindibles para el estudio de la repoblación de la Universidad de San Juan tras la expulsión de los moriscos. Son escrituras de establecimientos y venta a carta de gracia basadas en un modelo en donde se configura la propiedad de la tierra afectada.
Pedro Ibarra Ruiz (1858-1934) fue Archivero Municipal. En 1891 consiguió el título de Archivero, Bibliotecario y Anticuario de la Escuela Superior de Diplomática. Fue un incansable investigador y organizó una colección propia de piezas arqueológicas e innumerables documentos, comprados o recogidos a otros particulares y que tras su muerte pasaron al Archivo Histórico Municipal, aunque no podamos precisar la cantidad. Entre otros, además de algunos documentos personales, podemos destacar los «Índices de remisiones a Cabildos y Sitiadas», que resumen todos los acuerdos municipales desde 1370 hasta 1923 o colecciones como «Tesoro Histórico», que recoge panfletos y carteles de muy variado contenido, «Papeles curiosos», «Varios» o sus álbumes de fotografía.
Pedro Ibarra estuvo muy influido por su hermano mayor Aureliano Ibarra (1834-1890) fundador del Partido Democrático en Elche, arqueólogo, escritor y artista. Hizo importantes descubrimientos arqueológicos que fueron recogidos en su libro Illici, su situación y antigüedades. Su documentación -algunas obras manuscritas, su correspondencia personal, la colección de papeles políticos y, también, buena parte de sus artículos periodísticos recogidos en la colección titulada «Crónicas Ilicitanas»- pasó a formar parte de la colección de su hermano Pedro.
Hasta finales del siglo XVIII era la administración municipal la que se encargaba de la gestión de la Acequia Mayor, principal red de reparto de agua de riego en Elche. A partir de entonces, pasó a una Real Junta de Aguas en la que los propietarios tenían una participación mayoritaria. La Comunidad de Propietarios de la Acequia Mayor del Pantano se crea en 1911 y, desde este momento, se puede hablar de una organización totalmente independiente del municipio. Aunque la documentación permaneció en el Ayuntamiento se custodiaba en un armario separado, por eso podemos encontrar algún documento municipal en este fondo así como Libros del Reparto de Aguas en la documentación municipal.
El traslado definitivo de la documentación se produciría a la sede de la Comunidad en el siglo XIX y, en el año 2006, mediante la firma de un convenio, se ha depositado en el AHME. El inventario que se puede consultar ha sido realizado por Anna Mª Alvarez Fortes.
La Acequia de Marchena junto con la Acequia Mayor forman un sistema hidráulico que riega el campo de Elche. Ambas acequias tienen origen medieval aunque no podamos precisar exactamente cuándo se construyeron. Tras la Conquista, el Infante don Manuel repobló parcialmente con cristianos la ciudad y su término, realizando un reparto de heredades que afectaría tanto a la huerta como a la tierras de secano. Debió ser en este momento cuando se separarían los dos sistemas de regadío histórico de Elche: la Acequia mayor, que regaba la l´horta major, la del palmeral, que se había repartido entre los cristianos, con una dotació de agua de tres cuartas partes del total (9 hilos sobre 12); y la de Marchena, mucho más reducida, con 2 hilos, que regaba la tierras adjudicadas a los musulmanes tras la conquista en la orilla derecha (l´orta dels moros). La acequia de Marchena fue propiedad de los sucesivos señores de Elche, pero la gestión propiamente organizativa del riego y el reparto del agua lo dejaron en manos de la aljama de los mudéjares. Tras la expulsión de los moriscos en 1609, la gestión pasó al Consell de la Universidad de San Juan, que elegía cada año un sobrecequiero que gestionase el riego. Cuando fue suprimido el dicho ayuntamiento en 1835, el gobierno y administración de la Acequia de Marchena pasó a manos de una Comunidad de Propietarios, regulados por un reglamento aprobado en 1893 y que, salvo pequeñas modificaciones, sigue aún vigente.
A pesar de que no existió la figura de archivero y el fondo documental ha pasado por diferentes dependencias los documentos se han conservado respetando la series generadas en el ejercicio de su función por la Comunidad de Propietarios. El 20 de mayo de 2011 en la Junta de Gobierno de dicha comunidad, se aprobó la cesión en depósito del Archivo de la Acequia de Marchena al Archivo Histórico Municipal de Elche.
Destacamos la documentación sobre el gobierno de la Acequia (órdenes, reglamentos, expedientes de sesiones plenarias); sobre el reparto y distribución de agua (venta y reparto diario del agua, contratos de compraventa…), así como las serie de expedientes de obra que afectaron al trazado de la acequia.
Los testimonios de personas anónimas y otras más conocidas de la vida local componen esta colección formada por más de 1000 cintas de casete. Han sido donadas al archivo por el historiador ilicitano Miguel Ors y recogen episodios y vivencias sobre la Guerra Civil, la posguerra y, en general, sobre aspectos cotidianos de la sociedad ilicitana. Esta colección, sin duda, viene a completar la documentación del archivo dando otro punto de vista más personal a una determinada época.