La salud es más que la ausencia de enfermedad, pues está determinada por múltiples factores como son las condiciones sociales en las que las personas vivimos, trabajamos, crecemos, nos relacionamos.

La participación comunitaria es esencial para la construcción de una ciudadanía capaz de identificar sus problemas y necesidades sociales, establecer prioridades, elaborar propuestas y contribuir a desarrollarlas. Sólo a través del trabajo conjunto de personas, grupos y comunidades podemos mejorar nuestro estado de salud, tanto individual como colectivo.