Historia
El pueblo gitano, romaníes o ROM es originaria de la India, a partir del año 1000 D.C, hay documentos que afirman que salieron de un asentamiento en el Punjab y se expandieron por toda Europa. Pese a que tienen rasgos culturales comunes, existen diferencias entre subgrupos, es decir, puesto que existen gitanos y gitanas en todo el mundo hay costumbres diferentes que los caracterizan según la zona en la que habiten. Es por eso que decimos La población gitana es errante y heterogénea, ya que cada uno tiene sus diferencias y semejanzas.
La lengua genuina del pueblo gitano es el romaní (o romanés), se trata de una lengua indoeuropea, originaria de la antigua India y el centro de Pakistán, enriquecida con palabras prestadas de las lenguas que se hablaban en los diferentes países por los que los gitanos y gitanas fueron pasando.
Sin embargo, el caló es una variante que proviene del romaní utilizada principalmente en España, y la cual se empezó a hablar debido a la mezcla autóctona de la zona. Esta variante no es reconocida por el estado español como cualquier otra modalidad lingüística (valenciano, catalán, vasco…), y, en consecuencia, no es considerado como un idioma en el sentido tradicional, sino como una jerga.
El pueblo gitano llegó a España de la mano de Juan de Egipto Menor, al que el 12 de enero de 1425 Alfonso V le concede una carta de seguro (o salvoconducto) aceptando de manera bienvenida a los gitanos y gitanas a España.
Sin embargo, la política de igualdad cultural y religiosa de los Reyes Católicos tuvo grandes consecuencias en los grupos étnicos. Tanto es así, que en 1499 se promulga la primera Pragmática (Ley) Real antigitana.
En esta ley se les ordenaba asentarse, tomar oficios conocidos, abandonar su lengua, su forma de vestir, sus costumbres y sus relaciones. Si no lo hacían, serían expulsados en el plazo de dos meses. Se preveían también otras medidas como la esclavitud, las galeras o las deportaciones a América y África.
Entre los siglos XV y XVII, tras la corriente de igualdad cultural y religiosa en la mayoría de los Estados, se provoca la creación de leyes y medidas de persecución, marginación y expulsión de aquellos que no adopten la cultura del Estado, como fue el caso del Pueblo Gitano, que siempre se sintió orgulloso de su cultura e historia a la que nunca renunció.
Fue en 1749 el año en el que aconteció, “Gran Redada”. Constó de dos operaciones de aprisionamiento: una entre la noche del 30 de julio de 1749 y la madrugada del día siguiente y otra a partir de la tercera semana de agosto. Fue promulgada por Fernando VI, las ordenes de aprisionamiento fueron contra todos los gitanos y gitanas que hubiere en el país, de ambos sexos y cualquiera que fuera su edad. Se ordena que sean recluidos en presidios, arsenales y minas. Las familias fueron separadas, las mujeres y los niños fueron destinados a cárceles y fábricas. Los niños permanecían con sus madres hasta los 7 años y después los enviaban a arsenales.
Más tarde, en 1933 se aprueba la Ley de Vagos y Maleantes que recoge la vigilancia expresa de las personas gitanas. Esta ley se mantuvo durante la dictadura franquista. También el reglamento de la Guardia Civil contenía artículos discriminatorios contra los gitanos que no fueron suprimidos hasta 1978.
Sin embargo, la Alemania nazi trató a los gitanos como grupo peligroso. Se les esterilizó, deportó, persiguió, torturó y asesinó en campos de concentración y exterminio. Se calcula que más de medio millón de gitanos y gitanas fueron asesinados en el Holocausto nazi. Hecho más conocido como Samuradipen o Prorrajmos en lengua romaní. (Porrajmos, literalmente significa «devoración» y estos (samuradipen y porrajmos) son los nombres dados a los intentos de la Alemania nazi y Austria nazi de exterminar a la mayoría de los pueblos gitanos de Europa, como parte del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial.)
El 2 de agosto de 1944 en la Sección Gitana del campo de Auschwitz 2897 mujeres, niños y hombre fueron conducidos a las cámaras de gas durante la noche más conocida como “La noche de los Gitanos”.
Finalmente, en el año 1978, se firmó la Constitución Española, y con ella el reconocimiento igualitario de los derechos de todos y todas las españoles y españolas. En el art 14 se expone que “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.” Se ha de decir que Juan de Dios Ramírez Heredia participó y firmó esta constitución. Gitano, político y activista español, que ha formado parte del congreso y del parlamento europeo.